El pasado 25 de junio, participé por primera vez de la #MarchaDelOrgullo en Lima. Fue una experiencia increíble e inspiradora. Estuve encantado de ver la cantidad de gente que participó, y que la convirtió en la marcha del orgullo más grande hasta la fecha.

Ese día me encontré con importantes aliados en nuestra lucha por la igualdad de derechos y oportunidades para la comunidad LGBTIQ+ y compartimos, junto al equipo de la embajada, gratos momentos en un ambiente de inclusión, respeto, amistad y amor sin miedo.

Fue una celebración y un ejemplo del desarrollo social y positivo en el Perú. Pero, aunque la mayoría de los comentarios que recibí a mis publicaciones en Twitter fueron de apoyo, tristemente no faltaron algunas personas que expresaron su rechazo y desagrado ante #ElOrgulloEnLasCalles.

Estoy al tanto de que hablar sobre la diversidad sexual y el enfoque de género se ha convertido en algo muy controversial en el Perú. Es por eso que aprovecho este espacio para intentar explicar por qué es un tema indispensable para tener sociedades equitativas y justas, que promueven el desarrollo eficaz de todos sus ciudadanos.

La diversidad sexual se refiere a todas las posibilidades que tiene cada persona de asumir, expresar y vivir su orientación sexual y su identidad de género.

A veces cuesta entender esta diversidad, porque muchos no nos sentimos igual, porque son conceptos que van en contra de lo que a muchas personas les han enseñado durante toda su vida – especialmente a generaciones mayores. Sin embargo, lo que siempre debemos recordar – y lo que debe prevalecer – es que todos somos seres humanos, y merecemos compresión y respeto.

Después de conversar con muchas personas, de reunirme con organizaciones y de moderar debates, soy consciente de que, en el Perú, la comunidad LGBTIQ+ sufre de acoso, discriminación y violencia. Desde muy jóvenes se les dice que están mal, tanto en el colegio como en su círculo social. Incluso, de vez en cuando sienten el rechazo proveniente de sus mismas familias, las personas que deberían darles cuidado y protección. A diferencia de lo que algunos piensan y temen, el enfoque de género no cambiará nuestro género, ni nuestra orientación sexual, sino que nos ayudará a entender la diversidad de identidades de género que existen y a respetarlas. Lo que se busca es reducir el “bullying”, evitar la discriminación y acabar con la violencia.

El enfoque de género propone que los derechos, responsabilidades y oportunidades de las personas no dependan de su naturaleza biológica. Es decir que, sin importar el sexo, la identidad de género o la orientación sexual, todas las personas tengamos los mismos derechos y oportunidades. Yo no creo que haya nada peligroso en esto. Al contrario, creo que nos hará más empáticos, solidarios y, por ende, más humanos.

El amor es amor. Estamos en un punto en el que no es posible que esta realidad no sea aceptada. Es por ello que creo necesario impulsar el reconocimiento del matrimonio civil igualitario para que las parejas LGTBIQ+ tengan la posibilidad de compartir sus vidas y vivir su amor sin ningún impedimento.

Yo soy padre de tres mujeres y un varón. Para mi esposa y para mí, nuestro mayor deseo es que crezcan en un mundo en el que tengan las mismas oportunidades. Además, que se formen para ser personas empáticas y respetuosas, que no hagan distinciones sobre la base de la condición social, la raza, el género ni de cualquier otra índole. Para eso, la educación y los valores que reciben –tanto en la familia, como en sus centros de estudio y círculo social– es crucial.

Para alcanzar esto, hay muchas cosas que necesitamos hacer. Una es celebrar la diversidad, y promover la inclusión, el respeto y la tolerancia y como consecuencia; alzar la voz contra la discriminación y el odio. Sin embargo, hay tres cosas concretas que realmente podrían hacer una diferencia:

I) Garantizar el acceso a una educación con enfoque de género, que es clave para prevenir la discriminación por identidad de género y la orientación sexual.

ii) Asegurar el acceso al trabajo para las personas LGBTIQ+. En específico, que los procesos de contratación de instituciones públicas y privadas, no estén sujeto a prejuicios discriminatorios y que los espacios laborales sean inclusivos y seguros.

iii) Avanzar en el reconocimiento de la identidad de las personas trans por parte del Estado, empresas, instituciones educativas y demás sectores de la sociedad.

Varias organizaciones de la sociedad civil destinan grandes esfuerzos para hacer que estas acciones sean una realidad. A esta labor se han ido sumando cada vez más empresas privadas. Resalto el gran trabajo de la ONG Presente y la red de empresas Pride Connection Perú para fomentar la inclusión laboral de la comunidad LGTBIQ+. En la Embajada Británica, estamos comprometidos a practicar lo que predicamos, tanto al interior como al exterior de nuestra institución, por lo que hemos trabajado junto a estas organizaciones para apoyar sus iniciativas. Es importante que estas iniciativas continúen creciendo y obteniendo más respaldo entre quienes buscamos el progreso de los derechos LGTBIQ+.

Para terminar, quisiera subrayar que, a veces, se piensa que enfocarse en los derechos LGBTIQ+ significa ignorar los derechos de las mujeres. Esto no debe ser así. Necesitamos trabajar por el avance de ambos – sobre todo en atención a la interseccionalidad. Así, el enfoque de género es también muy importante para la lucha de las mujeres, porque busca visibilizar y combatir las desigualdades que se sustentan en los roles y estereotipos de género, a fin de que ellas puedan vivir mejores vidas, con libertad e igualdad.

En el Perú, hay una brecha salarial importantísima y, lamentablemente, un alto índice de feminicidios. Existen además brechas educativas, políticas, laborales y culturales que afectan a las mujeres. ¿No queremos acaso que estas injusticias terminen? Yo sí, y por eso me considero un hombre aliado de la defensa de los derechos humanos. Seré un aliado que siempre levantará la voz en apoyo de la comunidad LGTBIQ+ y las mujeres, rechazando situaciones de desigualdad y violencia. La igualdad de género también es cosa de hombres. La igualdad de género nos concierne a todos. Todos los días del año.